Por primera vez, en lo que recuerde desde que tengo interés en la tecnología, Microsoft proyecta un futuro diferente. No cuando aquel famoso juicio contra Estados Unidos, no cuando la salida de Bill Gates, no cuando Ballmer comenzó a hacer todas sus ‘morisquetas’ lució la empresa de Redmond tan diferente a la actualidad.
Para comenzar, hay que decir que Microsoft ha estado en un proceso de cambio en los últimos años, primero que nada un cambio técnico y por otro lado uno gerencial. Lamentablemente estos cambios no habían sucedido porque escuchaban a sus clientes sino porque el mercado mismo los obligó; solo en los últimos 5 años hemos visto un acercamiento al usuario final, pero de nuevo, más como una reacción que como acción proactiva.
Claro está, una empresa de la magnitud de esta, por más cambios que quiera realizar no son logrados cuando algunos elementos primordiales se mantienen estáticos, tal es el caso de su CEO, Steve Ballmer. Sin dudas este personaje ha estado más tiempo del que debía. Ballmer convirtió a Microsoft en todo lo contrario que Bill Gates visualizó, una empresa capaz de innovar y si lo hace entonces la burocracia interna no permite una buena ejecución, para colmo tuvo oportunidades que Bill Gates nunca tuvo y ni contar las veces que su cabeza fue demandada y nunca rodó.
Ahora sin embargo parece haber una luz al final del camino. No solo se anunció la más grande restructuración sufrida por la empresa desde su fundación sino que Steve Ballmer adelantó su retiro pautado para 2015/2016. Aún más reciente el bombazo que resultó ser la compra de la división de móviles de la finlandesa Nokia que pretende traer la innovación necesaria para catapultar a Windows Phone como una plataforma móvil viable a largo plazo.
Sin dudas nos encontramos ante un nuevo Microsoft, uno que no conocemos y que se deberá juzgar en base a próximas ejecuciones. Las oportunidades que tiene la empresa son muchas, tantas como los escollos que deberán superar para lograr ser la ‘grandiosa’ empresa que una vez fue.
En los últimos años la importancia de los sistemas operativos de escritorio ha disminuido bastante, para peor pesar el mercado de las computadoras personales ha decaído en mayor o igual magnitud y para rematar, las empresas han logrado hacer más con menos sin necesidad de actualizar sus programas (incluyendo sistemas operativos); después de todo hemos llegado a un punto donde cualquier versión de office desde 2002 puede cumplir con las exigencias básicas de una empresa y aun así quedan herramientas sin explotar.
En la nube podemos decir que ha tenido un éxito moderado con Azure pero en sus tecnologías de Internet, simplemente nunca han logrado atraer al usuario final como lo hace Google, aunque lo sigue intentado y ha mejorado bastante (Outlook.com, bing, etc.), simplemente no parecen ser sus aguas.
Por otra parte presentaron Surface, su computadora personal que es un hibrido entre laptop y Tablet, enojando con ello a la mayoría de sus socios en el negocio. Lamentablemente con la caída en las ventas de las computadoras personales y la poca innovación presentada por los fabricantes parece ser el único camino que disponía Microsoft, esto sin contar con el hecho de que la competencia arremete una y otra vez con nuevas propuestas que han logrado conquistar el mercado como el iPad de Apple.
También se unieron [en las tablets/desktop] al tren de la arquitectura ARM se encuentra en la mayoría de dispositivos móviles con su producto Surface RT y que utiliza Windows 8 RT. Un fallo total en la captura de este segmento pero apenas es el inicio y en cierta manera lo importante es tener la tecnología primero.
Aunado a esto la estrategia de Microsoft en el ambiente móvil ha sido desastrosa como mínimo. Primero pierden la oportunidad cuando tenían el mercado dominado con Windows Mobile, aunque en su defensa pudiéramos decir que nadie pudo imaginar lo que venía de parte de Apple. Luego de esto pierden demasiado tiempo, presentan lo que parece ser la gran solución, Windows Phone 7, sin embargo resulta ser un paso medio para la ‘unificación’ del kernel con sus otros productos y no es hasta Windows Phone 8 cuando por fin se tiene una propuesta, tengamos en cuenta que WP8 fue presentado en Octubre 29 del 2012, o sea, hace menos de un año.
Con Windows Phone 8 tuvieron un buen inicio, sin embargo a casi un año de su presentación las aplicaciones importantes no terminan de llegar a la plataforma, los socios se han alejado y la única empresa que estaba sacando la cara es Nokia, lamentablemente Microsoft no ha sido de mucha ayuda. Como mencionamos anteriormente, Microsoft hizo algo que algunos esperaban y otros no tanto, comprar el negocio de móviles de la empresa finlandesa Nokia.
Esto supone una buena movida. Primero que nada, lo que falta en Windows Phone es culpa de Microsoft y aunque Nokia aun así ha estaba realizando un buen trabajo no dispone de los recursos necesarios para llegar al punto donde generé las suficientes ganancias necesarias para subsistir. Es largo el camino que Windows Phone necesita recorrer antes de convertirse en la tercera plataforma real. Además de esto Samsung, HTC, Huawei, ZTE no estaban haciendo ni siquiera el esfuerzo por la plataforma y ni hablemos de Dell o Acer que definitivamente ya habían abandonado la pelea.
El acuerdo entre Nokia y Microsoft da acceso a esta última de las patentes de la primera por 10 años, igual toma control de la línea Lumia y del material humano de la división. Ahora Microsoft tiene la oportunidad de integrar aún más sus productos de una manera más vertical pudiendo tener el control de casi todas las partes de la estrategia, casi como lo hace Apple, lo que resultará en mayores beneficios por cada venta de dispositivo.
Lo más importante es que Microsoft realmente puede crear una real estrategia móvil, en vez de seguir con el experimento que representa Windows RT puede utilizar Windows Phone para este propósito o viceversa, pero al final del día necesita unificar su estrategia, homogeneizar sus plataformas y de esta manera ahorrar tiempo en desarrollo y recursos.
No es sino hasta principios del 2014 que tendremos noticias si las autoridades darán el visto bueno a la compra de Nokia y faltan algunos meses para que se anuncie el próximo CEO de Microsoft, habrá que esperar que estos cambios sucedan para ver que nos traerá Microsoft 3.0