Seas o no fanático de la tecnología, de seguro que escuchaste sobre el escándalo más grande de Samsung: Los Galaxy Note 7 explotaban. Fueron poco menos de 92 los equipos con este problema, pero el número pudo ser mucho mayor de no ser porque Samsung solicitó devolución de absolutamente todos. Como era de esperarse, Samsung abrió una investigación para determinar la causa de estas explosiones, y ha encontrado una respuesta.
Al momento que el incidente comenzó a ocurrir, Samsung tomó acción recuperando los dispositivos y diciendo que había una falla en las baterías. El nuevo grupo de Note 7, supuestamente con este problema anulado, siguió causando las mismas fallas, por lo que Samsung decidió entonces retirar el dispositivo del mercado por completo. Al ver que esto sucedió, muchos pensábamos que el problema se encontraba en otro componente del dispositivo.
Parece ser que Samsung no estuvo tan mal al decir que eran las baterías, pues en el reporte resultado de la investigación concluyeron que fueron no uno, sino dos los problemas que hubo con la misma. El primero era de diseño, algo que causaba que los electrodos de la misma se doblaran y tocaran, causando un corto circuito. El segundo problema fue de fabricación, más específicamente un problema de soldadura. Al fabricarlas tan rápidamente para suplir la demanda, no se detectó este fallo que también causaba un corto circuito.
Ambos problemas pudieron detectarse con un poco más de control de calidad, pero que sirva como prueba y error para Samsung. La empresa asegura que para el Galaxy S8 este problema estará solucionado.