Importantes estudiosos ya apuntan a que una de las mayores y más amedrentadoras desigualdades, hoy, en el mundo, es la desigualdad digital. Corre paso a paso con la desigualdad social, una reforzando a la otra. Sin embargo, hay un buen motivo para el optimismo: la desigualdad digital es más fácil de vencer. Y todo país que de un gran paso para vencer la desigualdad digital estará dando, simultáneamente, un gran paso para vencer la desigualdad social.
Todo comienza por facilitar el acceso a internet a todos los ciudadanos. Importantes científicos han alertado que la peor de las esclavitudes modernas es el falso concepto de que la información y la tecnología de la comunicación son un lujo para los pobres. Por el contrario, información y tecnología de la comunicación son herramientas esenciales para el progreso y la superación de la pobreza en todos los niveles.
Se trata de medios esenciales que soportan todas las formas de producción y participación. Y no de herramientas que sólo puedan ser manejadas por las personas más ricas y mejor formadas.
Vale recordar que, en su nacimiento, determinadas innovaciones tecnológicas, como la energía eléctrica, el teléfono o la televisión, fueron consideradas inútiles e inaccesibles para los pobres. Y todos sabemos lo que, de hecho, ocurrió después.
Hace pocos días, el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, resaltaba que cuando las personas tienen acceso a internet, consiguen trabajo, educación, salud y comunicación. Eso es verdad, y podemos añadir algo más: Consiguen también ciudadanía y participación política. Los dominicanos, tenemos que derribar algunas barreras que aún nos separan del mundo desarrollado – y la inclusión digital es una de las principales. Y, si nos unimos, una de las más fáciles de resolver.
Saltar etapas, para colocarnos a la cabeza
Debemos acabar con la vieja idea de que para alcanzar el desarrollo los países emergentes deben pasar, una por una, por todas las etapas que vivieron Europa y Estados Unidos. En el mundo actual, podemos y debemos “saltarnos” varios pasos de la evolución tecnológica ya superados y avanzar rápidamente hacia la revolución digital.
Dicho de manera sencilla, no necesitamos inventar de nuevo la máquina a vapor ni la producción en serie. Debemos sumarnos a la vanguardia del progreso, que en este momento es la sociedad del conocimiento y las nuevas tecnologías de la información.
Así, con voluntad política y la suma de esfuerzos de gobierno, empresariado, comunidad académica, comunidad científica, sociedad civil y del mundo político, podremos, en el corto plazo, dar un gran salto cualitativo hacia el futuro.
Sabremos atraer y firmar amplios asocios con sectores punteros en el mundo, en las áreas de información y comunicación y, así, acelerar nuestro ingreso en una de las áreas económicamente más dinámicas y tecnológicamente más estratégicas del mundo moderno.
República Digital será un programa colectivo, construid o por amplios sectores de nuestra sociedad, en asocio con inversores internacionales.
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